En el mundo globalizado actual, es habitual ver conectados, a los niños y adolescentes, a toda clase de dispositivos: PC, PS3, Ipad, teléfono celular, Smartphone, Tablet, mp4. Si bien el uso que se les dà, permite satisfacer múltiples necesidades, es prioritario señalar simples recomendaciones para detectar posibles hábitos nocivos, prevenir conductas adictivas y evaluar estados emocionales ocultos:
Verificar y evaluar el tiempo de conexión
Comprueba el tiempo que tu hijo está conectado y qué uso le da a estas horas: jugando en red con amigos, comunicados a las redes sociales, haciendo descargar de música, videos o películas, simplemente navegando por Internet para informarse o para matar el tiempo y apaciguar su aburrimiento.
Observar sus estados emocionales
Advierte si posee cambios bruscos de humor, reacciones agresivas cuando se lo insta a dejar de conectarse, euforia solo cuando se está conectado, apatía ante actividades al aire libre u otra tarea lúdica, intolerancia extrema, ansiedad generalizada, u otros síntomas concomitantes como por ej. depresión o fobia social.
Hábitos nocivos
Identifica actitudes poco convencionales: descuido de su aspecto personal, abandono o disminución del rendimiento escolar, dificultad para relacionarse con los demás, desordenes alimentarios, trastornos del sueño, tendencia a enfermedades físicas.
En el caso que compruebes que el niño o adolescente pase muchas horas conectado, posea actitudes o hábitos poco saludables o sientas que pierdes el control de la situación, sugiero:
Estrategias de Intervención
1. Fortalecer la comunicación familiar. Es importante tomarse el tiempo para escucharlo. Saber qué siente y qué le pasa para ayudarlo a superar dificultades. Acompañar desde el afecto y la contención en las distintas etapas de crecimiento.
2. Limitar tiempo de conexión. Pactar con tu hijo el momento y la duración en los que estará utilizando alguno de estos elementos tecnológicos.
3. Romper con los hábitos de conexión, propiciando generar nuevos intereses, facilitando actividades creativas o deportivas, ideando actividades para realizar en familia.
4. Guiarlo en fijar metas a corto plazo. Plantear de común acuerdo objetivos pequeños y significativos para ser cumplidos en un tiempo potencial. De este modo se incentiva el esfuerzo, la responsabilidad y se potencia el autocontrol.
5. Pedir Ayuda. Si los intentos de solucionar el problema no fueron suficientes es conveniente recurrir a un especialista. Es factible que un hijo haga síntoma de los problemas familiares en los que está inserto: Poder oír su verdad, ayuda a los padres a reconocer, aceptar y desligar a los hijos de estos temas que los tiene cautivos y responsabilizarse en generar el cambio.
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