Mundo Padres

martes, 27 de agosto de 2013

¿Uso o abuso de estar conectados a dispositivos electrónicos?


En el mundo globalizado actual, es habitual ver conectados, a los niños y adolescentes, a toda clase de dispositivos: PC, PS3, Ipad, teléfono celular, Smartphone, Tablet, mp4. Si bien el uso que se les dà, permite satisfacer múltiples necesidades, es prioritario señalar simples recomendaciones para detectar posibles hábitos nocivos, prevenir conductas adictivas y  evaluar estados emocionales ocultos:

Verificar y evaluar el tiempo de conexión
Comprueba el tiempo que tu hijo está conectado y qué uso le da a estas horas: jugando en red con amigos, comunicados a las redes sociales, haciendo descargar de música, videos o películas, simplemente navegando por Internet para informarse o para matar el tiempo y apaciguar su aburrimiento.

Observar sus estados emocionales
Advierte  si posee cambios bruscos de humor,  reacciones agresivas cuando se lo insta a dejar de conectarse, euforia solo cuando se está conectado, apatía ante actividades al aire libre u otra tarea lúdica, intolerancia extrema, ansiedad generalizada, u otros síntomas concomitantes como por ej. depresión o fobia social.

Hábitos  nocivos
Identifica actitudes poco convencionales: descuido de su aspecto personal, abandono o disminución del rendimiento escolar, dificultad para relacionarse con los demás, desordenes alimentarios, trastornos del sueño, tendencia a enfermedades físicas.


En el caso que compruebes que el niño o adolescente pase muchas horas conectado, posea actitudes o hábitos poco saludables o sientas que pierdes el control de la situación, sugiero:

 Estrategias de Intervención

1.      Fortalecer la comunicación familiar. Es importante tomarse el tiempo para escucharlo. Saber  qué siente y qué le pasa para ayudarlo a superar dificultades. Acompañar desde el afecto y la contención en las distintas etapas de crecimiento. 

2.      Limitar tiempo de conexión. Pactar con tu hijo el momento y la duración en los que estará utilizando alguno de estos elementos tecnológicos.

3.      Romper con los hábitos de conexión, propiciando generar nuevos intereses, facilitando actividades creativas o deportivas, ideando actividades para realizar en familia.

4.      Guiarlo en fijar metas a corto plazo. Plantear de común acuerdo objetivos pequeños y significativos para ser cumplidos en un tiempo potencial. De este modo se incentiva el esfuerzo, la responsabilidad y se potencia el autocontrol.

5.      Pedir Ayuda.  Si los intentos de solucionar el problema no fueron suficientes es conveniente recurrir a un especialista.  Es factible que  un hijo haga síntoma de los problemas familiares en los que está inserto: Poder oír su verdad, ayuda a los padres a reconocer, aceptar y desligar a los hijos de estos temas que los tiene cautivos y responsabilizarse en generar el cambio.




sábado, 9 de febrero de 2013

CARTA DE UN HIJO A SUS PADRES SEPARADOS

No traten de disipar mi dolor con grandes regalos y diversiones. Me duele el corazón y éste no sana con risas sino con caricias. Todo lo que necesito es la garantía de que, aunque estén separados, ninguno de los dos me abandonará

Díganme con palabras y actitudes que puedo seguir amándolos a los dos y ayúdenme a mantener una relación estrecha con ambos. Después de todo, fueron ustedes quienes se escogieron mutuamente como mis padres.

No me pongan de testigo, de árbitro ni de mensajero en sus peleas y conflictos. Me siento utilizado y responsabilizado por arreglar un problema que no es mío. Tengan en cuenta que todo lo que hagan para perjudicarse mutuamente, quiéranlo o no, en primer lugar me lastimará personalmente a mí.

No se critiquen ni se menosprecien delante de mí, así todo lo que digan sea la verdad. Entiendan que por malos que hayan sido como esposos, son mis padres y por lo tanto yo necesito verlos a ambos como lo máximo.

No peleen a ver cuál se queda conmigo, porque no soy de ninguno, pero los necesito a los dos. Recuerden que estar conmigo es un derecho, no un privilegio que tienen ambos y que tengo yo.

No me pongan en situaciones en que tenga que escoger con quién irme, ni de que lado estoy. Para mi es una tortura porque siento que si elijo a uno le estoy faltando al otro, y yo los quiero y los necesito a los dos.

Díganme que no tengo la culpa de su separación, que ha sido su decisión y que yo nada tengo que ver. Aunque para ustedes esto sea obvio, yo me culpo porque necesito conservar su imagen intacta, y por lo tanto, el único que puede haber fallado debo ser yo.

Entiendan que cuando llego furioso después de estar con mi padre/madre, no es porque él/ella me envenene sino que estoy triste y tengo rabia con ambos porque ya no puedo vivir permanentemente con los dos.

Nunca me incumplan una cita o una visita que hayan prometido. No tienen idea de la ilusión con la que espero su llegada, ni el dolor tan grande que me causa ver nuevamente que han fallado.

Denme permiso de querer a la nueva pareja de mi padre/madre. Aunque en el fondo del alma me duele aceptarla, yo quiero ganármela para no perder al padre/madre que pienso que me dejó por ella.

No me pidan que sirva de espía ni que les cuente cómo vive o qué hago con mi otro padre. Me siento desleal para con él, y no quiero ser un soplón.

No me utilicen como instrumento de su venganza, contándome todo lo "malo" que fue mi padre/madre. Lo único que con seguridad lograrán es que me llene de resentimiento contra quien trata de deteriorarme una imagen que necesito mantener muy en alto.

Asegúrense que comprendo que aunque su relación matrimonial haya terminado, nuestra relación es diferente y siempre seguirá vigente. Recuerden que aunque la separación pueda constituir para ustedes una oportunidad para terminar con un matrimonio desdichado o para establecer una nueva relación, para mí constituye la pérdida de la única oportunidad que tengo para criarme al lado de las personas que más amo y necesito: mi papá y mi mamá.

Recuerden que lo mejor que pueden hacer por mí ahora que ya no se aman es respetarse mutuamente.