Mundo Padres

jueves, 26 de agosto de 2010

El rol del Papá durante la gestación, el parto y el puerperio.

Culturalmente el lugar preponderante en el embarazo y en el parto lo tiene la mamá, quien lleva en su vientre al hijo que la pareja proyectó y ansió gestar. Muchas veces el padre es relegado a un segundo plano, teniendo éste la función de proveedor, de contenedor, de protector.
Desde muy niño al hombre, en general, no se les da la oportunidad de prepararse para su futuro rol del papá, tal como las niñas, quienes desde muy temprana edad juegan a ser “mamás” con sus muñecas y amigas; ni se los incluye, ni participa en lo atinente al embarazo, parto y puerperio.

Al papá en este proceso también le pasan cosas; se movilizan en él una serie de reacciones emocionales y psíquicas. A diferencia de su compañera embarazada, no encuentra espacios apropiados para despejar dudas y temores.

Desde el imaginario colectivo se supone que estos temas son propios de las mujeres; entre hombres, “de eso no se habla”.


En lo inherente al rol del padre, es dable indicar que es primordial los aportes de su función simbólica en el desarrollo posterior del bebé, puesto que no solo contribuye a la formación de su identidad, lo guía en el atravesamiento de las distintas etapas vitales de éste, sino que además, a través de su presencia, evita un vinculo simbiótico madre-hijo nocivo para ambos, y sobre todas las cosas hace cumplir la ley, a la vez que la detenta…

Si bien hay algunas excepciones, dada la particular historia vital de cada persona, es necesario reforzar que, es constitutivo en la personalidad del sujeto, la identificación al modelo paterno, para la posterior asunción de roles y la posibilidad de adquirir un estilo singular de Ser en el mundo.

Con esto, intento destacar que es fundamental tanto la presencia de la figura materna como paterna en el desarrollo biopsicosocial y afectivo del bebé.

Tomo prestado de Carlos Beccar Varela algunos consejos cuando habla de Paternidad Apegada (PA) como una herramienta de conexión entre los padres y el bebé que les permite comunicarse y relacionarse más integralmente:




  •  Que el papá pueda coordinar sus vacaciones con el nacimiento para brindar más tiempo a su hijo y así compartir y participar en las tareas de atención primaria junto a la mamà.
  • Que el papá pueda intentar vincularse desde las primeras horas de nacida la criatura; comunicarse con gestos y palabras de afecto, mimos y acciones.
  • Que el papá pueda mantenerse en contacto con el hijo, todas las veces que pueda: Indica como saludable mantener en brazos al bebé lo más próximo a su cuerpo, sentir su respiración; participar junto a la mamà en sus primos baños, ya que ello le transmitiría sensaciones de contención y seguridad.
  • Que el papá se permita conocer a su hijo, interesarse en sus gustos, en sus necesidades, escucharlo, sentirlo, acompañarlo a lo largo de todo su desarrollo.


Durante los encuentros de Psicoprofilaxis Obstétrica, en el curso de preparación para el parto, se otorga un espacio en el que los papás puedan enunciar abiertamente sus temores, fantasías, dudas, ansiedades, expectativas; anticipar las implicancias de su nuevo rol; fomentar la participación activa en este proceso, adquirir un rol protagónico imprescindible para el vinculo con su hijo.

De todos modos el rol se construye en el vínculo, se configura en el tiempo y se acomoda a las distintas vicisitudes de la relación.
Lic. Sandra Conforti.-

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